Probablemente estos dos yacimientos, separados entre sí por apenas 100 metros, deben corresponder a un único asentamiento, a pesar de que han sido tradicionalmente diferenciados. El urbanismo y la planta de ambos poblados se adapta al terreno en el que se emplazan. Mientras en Escodines altes aparece una agrupación de viviendas de planta rectangular en la cima de un pequeño cerro, en el yacimiento de Escodines baixes, ubicado a menor altura y sobre un cordón rocoso de arenisca, las viviendas aparecen adosadas en una sola alineación con una calle o espacio de acceso orientado al este. En el entorno de ambos yacimientos se conservan largas alineaciones de grandes mampuestos que deben pertenecer a recintos amurallados o de protección.
La excavación completa de este yacimiento, realizada entre 1915 y 1916 por Lorenzo Pérez Temprado, proporcionó moldes de fundición de hachas y espejos, cerámicas a mano, algunas de ellas decoradas con incisiones, así como un gran número de toscas pesas de telar.