El poblado ibérico de la Tallada recibe su nombre de las numerosas entalladuras y zonas excavadas en los bloques rocosos de arenisca que se extienden a lo largo del cerro en el que se emplaza el yacimiento. El poblado fue parcialmente excavado entre 1927 y 1931 por L. Pérez Temprado y P. Bosch Gimpera quienes sacaron a la luz unas interesantes estructuras defensivas y numerosas habitaciones de planta rectangular alineadas sobre una elevada plataforma rocosa. Se conserva todavía en el sector central del poblado una gran balsa, pendiente de excavación, que está rodeada de otras viviendas alineadas en disposición ligeramente circular. En esta misma zona se conserva en el suelo rocoso la impronta de unas rodadas de carros que indican la existencia de un antiguo camino en ascenso por la vertiente Norte, hoy completamente erosionada. Del yacimiento de La Tallada es especialmente destacable su sistema defensivo con un gran foso excavado en la roca y una potente torre de planta rectangular en su sector Norte de la que aún se conserva el primer tramo de su escalera de acceso. El Sur del poblado estaba protegido por un sistema más complejo de doble antemural, foso y muralla curva con base construida en talud. Este sistema defensivo tiene una clara correspondencia con el yacimiento de Els Castellans de Cretas-Calaceite (Teruel) siguiendo los principios de fortificación escalonada y estableciendo un dispositivo reforzado en el extremo más vulnerable del recinto fortificado que protegía el poblado.
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